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52 | Escritura PÚBLICA | julio-agosto 2020 | CONSUMO U NO DE LOS grandes afectados por el virus ha sido el consumo, que ha vivido su propia revolución. Una vez superada la histeria inicial que nos llevó a llenar las despensas de productos no perecederos, de material deportivo, de herramientas de bricolaje o de di- ferentes entretenimientos (productos electrónicos, ju- guetes, etc.) durante los primeros días del confinamiento, llegó la calma. Tanta, que ha provocado las mayores caí- das en los niveles de consumo desde que existen datos, hasta un 49%, según un estudio de BBVA Research. Ma- yores incluso que las que nos dejó la crisis económica y financiera hace diez años. No hay más que dar un paseo por las calles comer- ciales de las ciudades para ver que los protocolos de se- guridad y las nuevas normas que rigen en tiendas y su- permercados suponen, en muchos casos, un freno para los consumidores. Límites en el número de prendas que se pueden llevar al probador y límites en el número de veces que se puede entrar, límites de aforo, distancias El coronavirus ha cambiado nuestras vidas en muchos aspectos. Después de varios meses de crisis humana, social y económica, toca hacer balance de las consecuencias que ha dejado esta pandemia. Ya nada será igual, no solo para las miles de personas que han perdido a sus seres queridos, sus trabajos o la salud, sino para todos los que vivimos con la incertidumbre de un posible contagio o un rebrote que nos vuelva a confinar sin previo aviso. Si hace apenas unos meses salir de compras, tomar el aperitivo o visitar a la familia eran actos cotidianos, parece que ahora todo necesita una mayor planificación y la toma de precauciones sanitarias. MARIÁN LEZAUN marianlezaun@gmail.com @mlezaun Hacia un consumo más responsable y cercano Los protocolos de seguridad y las nuevas normas que rigen en tiendas y supermercados suponen, en muchos casos, un freno para los consumidores.
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